HE LEÍDO: "CINCO CERDITOS"

Sigo disfrutando dejándome engañar por las enrevesadas tramas criminales de la llamada “primera dama del crimen”.  Me olvido de las críticas de los actuales doctos de la novela negra, tan comprometidos y todo eso, que tachan sus novelas de meros juegos de ingenio o pasatiempos de señoritas a la hora del té.  Dos mil millones de ejemplares publicados, hasta la fecha, me dan la razón.

Debo ser de los pocos que tienen claro que la novela negra y la novela que trata de crímenes son muy distintas.  Ya expliqué mi punto de vista hace tiempo  http://letrasdesdelabuhardilla.blogspot.com/2009/05/agatha-y-los-cien-negritos.html olvidando el detalle de que Christie sí hace  cierta crítica del carácter chauvinista e hipócrita de sus paisanos.  Será cosa también de que no son historias muy realistas.

Admito mi escasa conciencia social, mi poco interés en las mafias y en la corrupción, en las redes de prostitución internacional.  En mi tiempo libre prefiero pensar que el mundo es justo y que los buenos ganan. Será cosa de una adolescencia demasiado prolongada, pero es como lo siento.  Reconozco públicamente que cuando yo abro un libro, busco evadirme de la realidad en lugar de estamparme contra ella.  Si buscase tal cosa, me compraría un periódico.

Elegí esta novela de su extensa bibliografía por el mismo motivo que yo me animo a reseñarla. Alguien la recomendaba como una de las mejores novelas de Agatha Christie.  Yo también lo hago. Sin dudarlo, la localicé y me sumergí en las 124 páginas que arrancan con la petición de una mujer joven  al inefable Poirot de averiguar lo cierto tras descubrir quienes eran sus verdaderos padres y la tragedia que les sacudió.

La historia nos lleva por revisar las cinco versiones del suceso, el asesinato de un afamado pintor supuestamente a manos de su celosa esposa; los padres de la chica que ha contratado a Poirot. No cuento más, porque deseo que todos disfruten igualmente retando a Poirot en la resolución del enigma.


Pero es que la novela, aparte del puro divertimento, contiene algo más. Un detalle, que no es sino el tema fundamental de la novela, al margen del enigma que se nos plantea.

En uno de los pasajes de la novela, preguntan a Poirot, algo extrañados por la investigación de un caso cerrado, sobre cuál es el propósito de remover el pasado .“Encontrar la verdad”, responde el belga. Algo que finalmente hace, no sin enfrentarse con la arrogancia de los poderosos  que se saben impunes. Si eso no es compromiso, que venga Hammett y lo vea.

“Cinco cerditos” es, ni más ni menos, que un clamor por la búsqueda de la verdad, de luchar por que ésta siempre prevalezca a pesar de sus consecuencias, y la defensa de que ésta debe siempre prevalecer.

Por eso, si uno de los que leen esta entrada, se encuentran con alguien que menosprecie a Agatha Christie, le animo a que les rete a leerse “cinco cerditos”, y que luego se permita seguir opinando.


Comentarios

  1. Un asunto interesante, esto de la conciencia social en el arte. En primer lugar, creo que Christie era demasiado británica para abordar asuntos sórdidos de manera directa. Su crítica es mucho más sutil y se centra en las clases altas, donde, por cierto, también hay mucha suciedad por los rincones, y esto último, hasta cierto punto, la aleja un poco de mis intereses. Esto puede resultar un tanto banal, pero no todo ha de ser brutalmente real, por así decirlo: ahí está Chinatown, por ejemplo. Reconozco que prefiero el estilo más americano.
    Sin embargo, yo añadiría que demasiada crudeza y realismo nos aleja del arte; no recuerdo qué fotógrafo famoso, decía algo así como que eso convertía una verdadera fotografía en mera propaganda. El auténtico problema es que los gurús del arte y la literatura (incluido el cine), se han empeñado en que el compromiso sustituya a todo lo demás, y así, la conciencia social está suplantando el talento. Echemos un vistazo a los festivales cinematográficos de los últimos, digamos, 10 años, y verán que siempre ganan películas sobre la realidad de los niños palestinos, las mujeres con burka, las minorías étnicas y cosas por el estilo. La fotografía de los "artistas" (ahora, un simple título académico) está llena de imágenes desgarradoras, pero ni composición ni enfoque ni encuadre ni ritmo ni estilo ni talento...

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