En algunas ocasiones me enfrento a la cuestión acerca de
conservar los libros en papel. Hay quienes explican que si los has leído para
qué guardarlos. Hay quienes que, como yo, no
sólo conservan los libros ya leídos sino que atesoran muchos otros. Más de un escritor
afirma superar treinta mil volúmenes en su biblioteca. En mi caso son muchos menos. Decidí contarlos grosso modo y llegué a la distante cifra
de setecientos. Esta cantidad, aunque a mi me parezca escasa, resulta a bastantes personas excesiva. siempre que la digo les sorprende, y en ocasiones argumentan razones de espacio o incluso de estética. Frente a su lógica sobre lo poco práctico que es eso de acumular libros y más libros, yo me
defiendo con el corazón y con la esperanza.
El corazón porque todos esos libros, los que ya he leído y
los que no, me han acompañado durante casi cuarenta años. Desde que me gasté cien pesetas de mi paga en un libro de SM “el
joven científico”, con doce años, no he dejado de comprar diferentes títulos. Libros
sobre astronomía, sobre los barcos a vela, la carrera espacial o cómics. Con el
tiempo, me he dado cuenta de que los títulos que adquiría marcaban las etapas
de mi vida. Al principio eran libros sobre astronomía, aviones, coches y naves
espaciales. Luego llegaron novelas históricas, títulos policiacos y libros
fotografía. Y finalmente novelas escritas, dedicadas por autores que admiro. Algunos no son escritores
famosos, sino amigos que han publicado. En sus libros está lo mejor de ellos. Hay
un libro también, especial, que lleva mi nombre. Es el que aglutina estas
entradas de la red. También es otro hito importante en mi biografía escrita en
todos estos volúmenes. La que marca mi deseo de contar, de dejar un modesto
legado.
La esperanza porque deseo
que este sea mi mejor legado para mi hija. Todos estos libros, si para mí marcan las etapas de mi vida, también son un registro de ésta. Y son parte de lo que yo soy. A quien hoy reprocho lo poco que
se sienta frente a las hojas de un libro, me gustaría que encontrase dentro de no mucho en todos
estos libros algo más que unos volúmenes polvorientos. Espero que me vea a mí. Que
me busque entre esos libros, que trate de entenderme mejor desde sus páginas. Que
lo haga a través de mis setecientos amigos.
Muy bonita entrada. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminar¡Gracias, Carlos!
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