Escribir es un placer genial, sensual, que diría la
Montiel. Algo que te permite hacer tu tiempo libre y sobre todo tu talento
(aunque sea poquito), sin otra pretensión que por el mero placer de teclear, de
contar lo que te place, y en ocasiones, como la que me ha animado a publicar
esta entrada, por la oportunidad de opinar.
No escribo mucho por culpa de mi tesis, o más propiamente, no me dedico a mantener al día como quisiera este y mi otro blog “el placer de descubrir”, porque escribir, sí que escribo, como digo, en este proyecto que he emprendido que no sé a dónde me va a conducir, si a la desesperación por el sistema educativo nacional o a una sensación frustrante de hacer algo para no sé qué, pero que ya me he empecinado en no abandonar. Al menos llegar a puerto, como Elcano, con un tercio de la flota, harapiento y muerto de hambre, pero culminando la empresa.
Al menos me quedo con mi satisfacción de haber
conseguido algo tan duro por mí mismo, que no es poco. Escribir en mi proyecto
de investigación, research en inglés,
algo que en el mismo idioma también quiere decir documentarse.
Este es parte del proceso, en estos tiempos más
importante que hace unos siglos, de redacción de una novela. Un escritor que se
precie sin apoyo de datos fidedignos, sin construir una historia inventada a
partir de hechos reales, completamente verosímil, no tiene nada que hacer en
estos tiempos. Cervantes, Shakespeare, Salgari o Verne incluso serían
vilipendiados actualmente. Hoy es importante ser auténticamente fidedigno. Lo
mismo que construir personajes “puros”, sin tacha ni mácula de maldad, de los
héroes de antaño como citó Pérez Reverte en este encuentro en el pasado GetafeNegro era Ivanhoe o yo quiero
mencionar, Don Quijote:
Estos héroes “puros”, según dijo el autor de “El
maestro de Esgrima”, no son aceptados por los lectores inteligentes. Yo, como
lo soy poco, sigo aceptando a estos seres buenos y honestos que solo triunfan
en la ficción. Al menos eso nos queda, ese consuelo de evadirnos con la
literatura de la injusticia, de la barbarie, de la maldad.
Esa maldad que ahora tiene que caracterizar a los
nuevos héroes, “cansados”, los héroes del siglo XXI, por la decepción de la implacable
realidad y curtidos por el horror, que también ayudan, entiendo, a todos los
que han vivido en directo todos esos horrores, como Arturo Pérez-Reverte, a
superarlo. Crear estos personajes que no sienten nada frente a este mundo
terrible, y hacer que podamos empatizar, debe servirles como remedio a esa
tristeza de alguien bueno y noble que tiene que vivir con contar tantas villanías y crueldades de la
que ha sido testigo. Héroes cansados, curtidos, adaptados al mundo real.
Son más que héroes, canallas, villanos, cuyos
principios no son el bien o la justicia, sino el valor y la lealtad. Son lobos,
depredadores en este mundo cruel que ahora también puebla el de la literatura.
El mundo real es un mundo de corderos y de lobos,
según identifica. Pérez-Reverte en otra reciente entrevista a Carles Francino. El
escritor se identifica sin dudarlo con los lobos. Yo claramente me veo con los
corderos. Y no es por afinidad exactamente, sino por principios:
No me da pudor, ni miedo de decirlo. Seguro que
este acto extraño de valentía de declararme asi, a Don Arturo de iba a gustar, aunque el vea a
los corderos como cobardes, lo que más odia él, tal y como declara en estas
entrevistas. Decía que antes odiaba la maldad, luego la estupidez, pero hoy
odia la cobardía.
Eso me ha hecho reflexionar, acerca de mis
principios y de lo que más aprecio y rechazo de los demás. Para mí, este
cordero, lo primero, es la bondad. Y lo que más detesto, sin dudarlo, es la
arrogancia.
Es la primera vez que accedo a tu blog. Me ha resultado muy interesante tu opinión en "Lobos y corderos". La comparto y te felicito por ello. Lo que lamento es no haber podido seguirte hasta ahora. Nunca es tarde... Se pueden aprender grandes cosas de historias sencillas. Enhorabuena!!!!!!
ResponderEliminar¡Bienvenido a este espacio compartido que es mi blog! Espero que mis textos te gusten y verte pronto con tus comentarios. Un abrazo.
ResponderEliminar...Y Gracias, jm b!
ResponderEliminarSi hay algo de lo que yo me precio, es de mi amigos; pocos, pero muy bien escogidos, con una cualidad por encima de todas las demás: son buenas personas.
ResponderEliminarEfectivamente, Carlos. La amistad es una cuestión de calidad, y no de cantidad. Un saludo.
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