AÑO NUEVO Y DESPROPOSITOS DEL ANTERIOR

Año nuevo. Toca reencontrarme con este blog, y cumplir con el propósito del año pasado de mantenerlo al día, no con mucha asiduidad, sino con constancia. Una entrada al mes no es mucho, pero me permite ser fiel a mi promesa que yo mismo me fijé allá por enero de 2015.

Promesas que nos hacemos todos al inicio de cada año, con el fin de mejorar, de enmendar errores personales y casi siempre querer cumplir ciertos sueños que, cada diciembre, vemos que no se cumplen.

Era una costumbre que yo solía practicar, ilusionarse siempre es bueno. La cuestión es que este año no quiero plantear nuevos propósitos, sino más bien, reflexionar sobre los despropósitos del año anterior. De las cosas que se perdieron. De los cadáveres enterrados.

Ha sido un año de muchas defunciones de celebridades. Parece que la parca quería hacerse con un buen grupo de famosos y sobre todo de artistas del mundo del espectáculo. No quisiera citarlos, pues me voy a poner más melancólico y no me apetece.

Solamente me gustaría recordar un cadáver célebre, aún, de cuerpo presente. Se trata del café comercial, aquella muerte no anunciada en el verano, a traición, que yo descubrí bajo la sombra del chiringuito y de la terraza levantina. El otoño, ni el invierno, no se disfrutarán igual. Madrid ya no será tanto el que añoro a distancia. Mi ciudad, mi pueblo, se está convirtiendo en un producto turístico de alto rendimiento, óptimamente globalizado, seguramente a expensas de su latir cultural.

Hay también otro cuerpo caído, que no quiero mencionar. Más que algo tangible, ese cadáver es la esperanza perdida, un deseo de tener algo que hoy veía incapaz de conseguir y que solo me consolaba o más bien engañaba en trasladarlo en el mañana. Pero al fin, de un plumazo, se ha desvanecido.  La realidad me ha abofeteado para despertar de mi sueño, que seguramente me vendrá bien para enfrentarme a este año 2016, cuyo único propósito que me planteo, es no perder más.


Por cierto, feliz 2.016





Comentarios

  1. Bueno, a veces nos empeñamos en cosas que no son para nosotros y dejamos a un lado otras que nos irían mejor. Pero nunca se sabe si nos llegarán ilusiones nuevas que no hubiéramos podido imaginar. En fin, que te has puesto nostálgico con el Año Nuevo. Además, ¡no será por falta de proyectos! ¡Si no paras!

    Feliz 2016

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  2. Será la edad, que me vuelve más escéptico y desesperanzado. Sobre todo por lo que se queda en el camino. No obstante, uno debe ser positivo y proseguir tu sendero y recoger nuevas oportunidades. Como bien dices, me debo a pensar en mis proyectos, el más bonito de todos e ilusionante, mi hija Carmen.

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  3. Besos Animo todavia no esta todo perdido, nos queda la ilusión de la primitiva, la loteria, la de perder de vista la toxicidad que nos rodea.

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