Hoy es mi cumpleaños y me ha dado por escribir, como diría Eduardo Mendoza, aunque no mucho, como él. Y ha sido para contar una curiosa coincidencia que me ha llamado la atención: Se trata de sendas adaptaciones al cine de dos películas de espionaje.
No se trata de Le Carré, sino de dos tebeos que tratan de historias de agentes secretos, cada uno a su modo. Uno es un cómic british para un público juvenil, con personajes muy inverosímiles pero atractivos para los jóvenes soñadores o quienes deseen evadirse de la cruda realidad. Otro es un tebeo más gamberro, cercano a la idiosincrasia española de Mortadelo y Filemón (otros dos agentes secretos) que a la de los superhéroes de Marvel, o la sofisticación de Bond, pero que a mí particularmente me gusta.
Kingsman se ha estrenado hace poco, en la que Colin Firth (que también interpretó a un espía “serio” en El topo), protagoniza a un superagente secreto que no tiene que envidiar a Neo de Matrix.
Por otro lado, nuestro versátil Imanol Arias da vida al gran Anacleto (Agente Secreto), obra del genial dibujante Vázquez, de quien filmó una película Santiago Segura. Aún queda por estrenarse, pero el tráiler ya está disponible. También hay pistolas, escenas de lucha y persecuciones, aunque en un tono de comedia y cachondeo muy nuestro.
De Kingsman no tenía ni idea de su existencia hasta la promoción de la película. No puedo decir por tanto nada bueno ni nada malo. Esperaré hasta ver la película y ojear alguno de los cómics.
De Anacleto, confieso, fui un ferviente seguidor, casi más que del popular Mortadelo y Filemón. Espero que la película esté a la altura.
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