ASTURIAS (PARTE I)



Soto de Luiña
 Dicen que las verdaderas vacaciones consisten en cambiar de actividad, abandonar los hábitos diarios, las rutinas y otras cosas que nos impiden apreciar de todo lo bueno que nos puede deparar cada día. Sirven para descansar de todo eso que hacemos desde que nos levantamos hasta irnos a dormir,  que puede ser bueno pero acabamos dejando de apreciar por vivirlo todos los días.  Descansar de nosotros mismos, de todo eso que nos aflige. Lograr este objetivo es el auténtico plan de unas vacaciones. Si además uno cambia de escenario, el efecto es mucho mayor. Salimos de los paisajes de diario, y nos trasladamos a otro distinto, así empezamos a vivir algo nuevo. Volveremos a enfrentarnos a ellos a nuestro regreso, pero lo hacemos más sosegados, con más espíritu y quizás, inspirados con algún remedio.


Uno puede buscarlo en el desierto, en las playas del Levante o en una adea en la montaña.  Nosotros hemos elegido en esta ocasión Asturias. Un lugar al que yo visité hace mucho tiempo. Para Piluka era su primera visita.  Han sido algo más de mil cuatrocientos kilómetros, entre trayectos de ida y regreso y las visitas a ciudades y pueblos, y alrededor de quinientas fotografías (y otras muchas grabadas en la mente).  Dejo aquí una selección, para que los que lo deseen viajen hacia allí con la imaginación, y  si llegan a lograrlo, encontrar el sosiego que en estos parajes he alcanzado:

Vista de Gijón desde la Playa

Playa de san Pedro. Cudillero

Lastres. Colunga
Continuará...

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