TIEMPO DE GIGANTES

Fijaos bien. No se trata de una imagen retocada, ni del artificio de un autor "vintage" o seguidor de una tendencia similar al "steampunk" que quisiera integrar lo antiguo con lo moderno. Es una imagen totalmente real. La he descargado de internet, porque de momento, y supongo que si a Steve Jobs se le hubiese brindado la oportunidad lo habría hecho, no se pueden descargar imágenes de la memoria. Pero esta es idéntica a la de cuantas atesoro de mis recuerdos, hará la friolera de veinticinco años, cuando vi algo similar, en una pantallita de televisión engarzada en una cajita beige, llamada "Apple Macintosh".

Era así. Lo muestro para los que no se acuerden o los que son demasiado jóvenes que no han vivido la TV en Blanco y Negro.  En los tiempos de la multicopista y de la Olivetti, cuando a nadie se le ocurriría pensar en hacer miles de fotos sin carrete, yo me encontré, una tarde de verano, en el laboratorio de electrónica de la universidad donde trabajaba mi Padre, frente a semejante cacharro, un teclado y una cosa con un cable que movía sobre la mesa y hacía desplazar una manita en la pantalla.


Eran tiempos de los primeros ordenadores personales, del Spectrum y del Commodore 64. Cacharros menos potentes que un teléfono móvil de ahora y que tardaban veinte minutos en cargar el sofware con una cinta de audio, que se manejaban por medio de comandos escritos y que había que escribir correctamente y en su sintaxis precisa. Era la época del Spectrum, del Commodore 64 y sonaba entre los iniciados y "frikis"  el nombre de Sir Clive Sinclair.

Muy pocos conocían entonces los de Steve Wozniak y Steve Jobs. Ambos "Steve", que fundaron Apple, y cuya historia ahora forma parte de la leyenda del sueño americano. Empezar de muy poco y alcanzar el éxito y la fama.

Ahora casi nadie recuerda al creador del Spectrum,  quien tras su intento de avanzar con más modelos, y un traspiés con un invento de coche eléctrico, desapareció de la escena mediática.  Yo mismo ignoro que fue de Clive Sinclair. Hoy, Todos recuerdan, veintiseis años después de mi primer encuentro con Apple, la memoria y los logros posteriores de uno de sus creadores, a Steve Jobs. 

Ahora todos podrán leer su historia en la prensa, en los medios informáticos, datos y hechos, más o menos contrastados. Yo simplemente, pretendo contar la mía, Breve, mi pequeña contribución a esa historia de la que fui testigo, tiempo en que hombres se enfrentaron a muchos obstáculos y lograron cumplir sus sueños y así se hicieron Gigantes. Y lo hicieron fundamentalmente por que creyeron en ellos mismos.

Como dicen los toreros, va por usted, Steve Jobs, y por otros soñadores.

Comentarios

  1. Uno de mis profesores de matemáticas me dijo una vez—al comentar que yo también usaba Mac, lo cual es relativamente poco frecuente en España—, que usar PC's habiendo Mac es como ir travestis habiendo tías. A veces veo en la prensa (radio, TV, etc.) que Apple maneja muy bien el marketing, y que por eso sus ventas y que los que usamos Mac somos una especie de secta; la realidad es bien distinta: es sencillamente, que Mac y Apple funciona, y los demás tratan de emular sus resultados. Uno puede desenchufar de la red un Mac con todas las aplicaciones abiertas y no sucederá nada. Reto a los usuarios de Windows a hacer lo mismo.

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  2. Pues sí, Carlos. Apple simplemente es calidad, y no poco más que diseño, como argumentan sus detractores, la mayoría de ellos que nunca han usado un Mac. Es lo más curioso, cuando les preguntas por qué no les gusta Apple. Allá ellos.

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