EL PALACIO DE COMUNICACIONES (PERDÓN, DE CIBELES)

Sé que no debería llamarlo así, que hace tiempo que ha dejado de asumir la finalidad por la cual el genial Antonio Palacios lo diseñó. El palacio de Correos, o de las comunicaciones, ahora se llama Palacio de Cibeles. Con ese aséptico nombre, (y poco apropiado, pues en la plaza de la Cibeles hay tres palacios),  se denomina ahora. Realmente podrían haberlo llamado directamente  Ayuntamiento de Madrid, o siendo más audaces, palacio del alcalde, pues mi sensación al entrar en él no es la de un edificio público. Es otra bien distinta.


Piluka,  Carmencita y yo aprovechamos la oportunidad de visitarlo.  A los madrileños contribuyentes nos dieron la ocasión de hacerlo dentro de las "jornadas de puertas abiertas".  Yo estuve anteriormente dos o tres veces, cuando aún se podía enviar un certificado o comprar un sello, y tras los mostradores de mármol, se encontraban los funcionarios de correos,  justo en el lugar que ahora muestra la imagen:




Modernos sofás y decoración a juego, tratando de adaptar el edificio de principios del siglo XX a los nuevos tiempos, en lugar de frías y funcionales mesas de trabajo. Reconozco que no es un mal lugar para pasar la tarde y charlas con los amigos. ¿Podré hacerlo más adelante?

Luego subimos por uno de los ascensores (no tenemos otra opción, con un cochecito de bebé) y así podemos contemplar desde arriba el maravilloso vestíbulo del palacio:





Y más arriba, (no del todo porque para salir al mirador había que conseguir un ticket), pude ver la plaza de la Cibeles como nunca hubiera esperado. Las veces que  fotografié la plaza se encontraba el Palacio de correos al fondo y la Cibeles en primer plano. En esta ocasión es a la inversa:




A riesgo de parecer conformista, me quedo por satisfecho. A pesar de ver la plaza y la gran vía a través de un cristal algo sucio, me llevo esta y otras fotografías que tomé.  No me preocupa no haber llegado hasta el mirador. Dicen que van a abrir un restaurante.  Habrá que pagar para ver  Madrid desde más arriba, pero así es esta ciudad.

Comentarios

  1. Por el precio que ha costado la broma, ya puede haber quedado bien, ya. Sobre todo, me parece un poco chorra que se lo haya quedado el Ayuntamiento, sólo para luego montar una cafetería y un mirador, además del despacho del alcalde. Un poco desaprovechado, ¿no? Eso sí, parece un sitio agradable para tomar algo una tarde de domingo. La cafetería mola, la verdad.

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  2. Ya puestos, había sitio para un hotel. Pero se le iría del presupuesto.

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