MARZO LLUVIOSO

Empieza el mes con mal tiempo. Lo que nadie esperaba que sucediera, sucedió. La nieve puso en jaque a los responsables de la comunidad de Madrid. Cientos de coches parados en la carretera. Gente en el intercambiador de Moncloa sin poder ir a su casa.  Cruce de acusaciones y de respuestas vacías. No soy yo quien deba exigir responsabilidades. Esto es como una patata caliente, que se la pasan unos a otros y al final sin solucionar nada.

Otra carta del ayuntamiento. Notificación en el buzón de mi casa y a correos. Tras oblgarme a tomar un número de turno cuando no hay nadie esperando, recibo de los estrictos funcionarios la habitual misiva de los hombres de Gallardón: Esta vez no es por mal aparcamiento. Esta ocasión, no tienen que reprocharme exceso de velocidad (72 km/h) en la M-30. Ha sido por circular por Madrid. Si. Eso es. Me han multado por pasar por una calle. Los Madrazo. Si. no es una broma. Me han hecho una foto de mi coche (aunque no sé dónde) y se disponen a cobrarme noventa euros por circular por mi ciudad, a la que contribuyo con más de un impuesto, entre otros el de circulación. Pago por circular y encima me multan por eso.

Leo en la prensa el inteligente paso que han dado algunos autores, entre ellos Lorenzo Silva, racionalizando a propia iniciativa el precio de los ebooks. cuatro euros por una novela en vez de doce o catrorce. Ese precio no se distancia mucho de los de papel. por eso, la gente se los compra y no descarga,  La razón, dicen unos, evitar que el ebook se coma el mercado tradicional. A mi juicio me parece una falta de visión, y un acicate para que el pirateo prolifere. Solo espero que la iniciativa de Silva haga eco en editores y en autores y al fin otro modo de disfrutar de la literatura encuentre su sitio. Yo la he apoyado y he invertido doce euros en descargar tres de sus novelas. Parece una tontería, pero me hizo sentirme bien, como que las cosas ya van por su camino natural. Algo que a muchos, autores entre ellos, les cuesta reconocer. Apelan al sonido de las páginas al pasar, del tacto del papel crudo de Leizarán, que cansa la vista, que eso no es leer. Quizá es como todo, cuando as cámaras digitales irrumpieron en el mundo de la fotografía. y al principio muchos afirmaban que eso no era fotografía, que nunca lograría resultados como con el carrete. No digo más. Tampoco espero ver librerías cerradas, lo mismo que las tiendas de fotografía que ahora se han convertiodo en un Starbucks o un Zara. En este caso, habrá convivencia, sin duda. Como bibliófilo eso espero. También veo la enorme oportunidad que a los nuevos autores les brinda el ebook. Autopublicarse. vender por un euro miles de libros. EL futuro está ahí.

Comentarios

  1. Lo que comentas de la multa, es que han cerrado al tráfico algunos barrios, como el de las Letras, y sólo se puede entrar en coche si eres residente. Hace tiempo de eso: lo sé porque he visto casos cercanos.

    En cuanto a los ebooks, puedo asegurar que para la vista son igual que el papel; tienen una pantalla que no emite luz, sino que refleja la ambiente, por lo que no cansan la vista. Para la pura lectura de texto, me parecen perfectos y más manejables. Es cierto que aguantan menos el ajetreo, creo yo: imagínate llevarlo a la playa, como se hace con las novelas de papel...
    Hay formatos, como los libros de arte con grandes fotografías, que seguirán siendo en papel, pero no veo ningún menoscabo para la literatura el hecho de cambiar de formato. Sería tanto como decir que la única literatura válida es la que se escribe con pluma de ganso y tintero...

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