Le reconoció nada más verle. Fue al notar su expresión, sonriente, de reconocer igualmente que era ella a quien buscaba.
-Hola, qué tal. Me llamo Laura.
-Pedro. ¿Nos sentamos?
Buscaron un lugar tranquilo y pidieron una consumición, cerca de una mesa donde había un hombre de unos cuarenta años y uno joven que releía una revista de astronomía. Laura rompió el hielo.
-¿Llevas mucho tiempo en el foro?
-No. acabo de inscribirme.
-Yo estoy hace tiempo. Pero no me he animado a hacer esto hasta ahora.
-Si. Hay que tener cuidado con estas cosas.
-Contigo estaba segura de que podía fiarme.
-Ah ¿si?
Juan, el camarero, interrumpió la conversación de forma no intencionada al servir los dos cafés vieneses que le habían pedido. Luego éste se dirigió hacia la otra mesa.
-A veces, solo basta con hablar y nada más. ¿no crees?
-Si. Pero es algo que, curiosamente en una ciudad de millones de habitantes, cuesta encontrar.
-La idea no es mía. Fue el creador del foro, a quien se le ocurrió. Lo probó un día. puso un anuncio diciendo que buscaba gente para hablar por hablar.
-"Autosanación por la palabra" Si. Recuerdo el anuncio.
-Yo tampoco tengo gente con quien desahogarme de verdad. Todos mis amigos están muy ocupados, mis hermanos están ilocalizables. Nada.
-Podemos empezar entonces.
-Estoy algo nerviosa, no sé.
-La clave de la idea consiste en no conocernos. Así no importará nada de lo que digas. No hay miedo de herir a nadie con tus opiniones. Es perfecto.
Laura respiró hondo un probó un sorbo del café.
-Vale. Allá va. Media hora y luego te toca a ti.
Pedro la sonrió.
-Te escucho.
-Hola, qué tal. Me llamo Laura.
-Pedro. ¿Nos sentamos?
Buscaron un lugar tranquilo y pidieron una consumición, cerca de una mesa donde había un hombre de unos cuarenta años y uno joven que releía una revista de astronomía. Laura rompió el hielo.
-¿Llevas mucho tiempo en el foro?
-No. acabo de inscribirme.
-Yo estoy hace tiempo. Pero no me he animado a hacer esto hasta ahora.
-Si. Hay que tener cuidado con estas cosas.
-Contigo estaba segura de que podía fiarme.
-Ah ¿si?
Juan, el camarero, interrumpió la conversación de forma no intencionada al servir los dos cafés vieneses que le habían pedido. Luego éste se dirigió hacia la otra mesa.
-A veces, solo basta con hablar y nada más. ¿no crees?
-Si. Pero es algo que, curiosamente en una ciudad de millones de habitantes, cuesta encontrar.
-La idea no es mía. Fue el creador del foro, a quien se le ocurrió. Lo probó un día. puso un anuncio diciendo que buscaba gente para hablar por hablar.
-"Autosanación por la palabra" Si. Recuerdo el anuncio.
-Yo tampoco tengo gente con quien desahogarme de verdad. Todos mis amigos están muy ocupados, mis hermanos están ilocalizables. Nada.
-Podemos empezar entonces.
-Estoy algo nerviosa, no sé.
-La clave de la idea consiste en no conocernos. Así no importará nada de lo que digas. No hay miedo de herir a nadie con tus opiniones. Es perfecto.
Laura respiró hondo un probó un sorbo del café.
-Vale. Allá va. Media hora y luego te toca a ti.
Pedro la sonrió.
-Te escucho.
Pues leí hace unos meses algo sobre todo esto que me gustó mucho. No diré el autor para evitar prejuicios...Pero decía joyas como estas:
ResponderEliminar"El deseo de estar en contacto y el instinto de comunicación, que parecen darse por descontados en la cultura contemporánea, son en el fondo manifestaciones modernas de la tendencia fundamental y constante del ser humano a ir más allá de sí mismo para entrar en relación con los demás. En realidad, cuando nos abrimos a los demás, realizamos una de nuestras más profundas aspiraciones y nos hacemos más plenamente humanos."
...
"El concepto de amistad ha tenido un nuevo auge en el vocabulario de las redes sociales digitales que han surgido en los últimos años. Este concepto es una de las más nobles conquistas de la cultura humana. En nuestras amistades, y a través de ellas, crecemos y nos desarrollamos como seres humanos. Precisamente por eso, siempre se ha considerado la verdadera amistad como una de las riquezas más grandes que puede tener el ser humano. Por tanto, se ha de tener cuidado de no banalizar el concepto y la experiencia de la amistad. Sería una pena que nuestro deseo de establecer y desarrollar las amistades on line fuera en deterioro de nuestra disponibilidad para la familia, los vecinos y quienes encontramos en nuestra realidad cotidiana, en el lugar de trabajo, en la escuela o en el tiempo libre. En efecto, cuando el deseo de conexión virtual se convierte en obsesivo, la consecuencia es que la persona se aísla, interrumpiendo su interacción social real. Esto termina por alterar también los ritmos de reposo, de silencio y de reflexión necesarios para un sano desarrollo humano."
Muy de acuerdo. La amistad, en mi opinión, es por así decirlo, nuestro "grial", nuestra auténtica búsqueda. Por desgracia mucha gente tiene que recurrir a las redes sociales. No es que abandone sus relaciones por internet, sino que no tiene otra cosa mejor.
ResponderEliminarLe doy vueltas, y no lo veo claro: la verdadera conversación requiere confianza mutua, una cierta complicidad. Por eso, no estoy seguro de que entre dos completos desconocidos que se acaban de encontrar, sea posible una conversación profunda y sincera.
ResponderEliminarSi, de acuerdo. La historia es una especie de intención final de comunicación entre tanto aislamiento. Y si es verdad que a veces uno, simplemente, necesita deshaogarse. De hecho hay un programa de radio que hace esto. Se llama "hablar por hablar"
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