WALTARI Y EL RESTO

La novela histórica me gusta particularmente pues es para mí una forma de trasladarse al pasado. Supongo que muchos lectores compartan mi apreciación y prefieran una ficción ambientada en una época pasada y de cierta relevancia en lugar de informarse de los hechos contados con todo el rigor y cuidado que debe tener un buen ensayo. Lo importante no es el acontecimiento, sino vivirlo, aunque sea engañado conscientemente por medio de una narración más o menos atrayente. Así uno puede inmiscuirse en la vida cotidiana de las personas que vivieron acontecimientos que forman parte de las enciclopedias. Las novelas históricas no son sino una enorme mentira, aunque eso es en realidad, la ficción, con el consentimiento de los lectores que conscientes de ello, eligen evadirse de su época para husmear en el pasado más o menos lejano. Cuanto más antigua sea la historia, más tendrá que improvisar el autor pero eso en realidad no importa pues todos lo saben. No es más que una especie de juego de la imaginación. Los ropajes que llevaran o el escenario no son lo importante. Y lo que averiguan, si la historia está bien construída, es que poco ha cambiado. Que perduran en el tiempo los mismos conflictos humanos, a saber, la lucha por el poder, el equilibrio entre el bien y el mal.

Todas están escritas en primera persona para así, darle un toque de veracidad, narradas la mayoría por un testigo o por el mismo protagonista que nos recuerda una aventura vivida.

Lo que nos venden de estas novelas es el rigor, la veracidad de los datos empleados. Ciertamente, me parece bien, pero creo que la mayoría son un trabajo de historia y nada más. Estas novelas se ocupan de los datos, de las fechas pero olvidan lo más importante. Son obras sin alma, meros transmisores de información edulcorada, ventanas del pasado y nada más.

El mensaje de la novela histórica, la esencia fundamental y no es otra que recordar que aunque vistamos una armadura o un traje espacial, el hombre se moverá por los mismos impulsos y sufrirá las mismas injusticias. Algo que sí hace Waltari en Sinuhé el Egipcio.

En mi humilde opinión, pienso que aún no se ha superado a la mejor novela histórica, Sinuhé el Egipcio. Del aluvión de historias que surgen cada año, podemos amontonarlas al lado de la obra de Waltari y ésta seguirá inclinando la balanza.

Comentarios

  1. Muy bueno el último párrafo. Sí, en general estoy bastante de acuerdo con el argumento. Creo que algo parecido les sucede a muchas historias de corte futurista: se obstinan en explicar con todo detalle la tecnología de ese hipotético futuro, cuando es innecesario. Sólo debe explicarse -es mi opinión-, aquello que el lector necesite para comprender la trama sin problemas. Si en una narración de hechos actuales, un personaje tomara un ascensor, no nos esforzaríamos en explicar su funcionamiento. Pero si ese mismo personaje debe salir por una trampilla al exterior y -digamos-manipular algún circuito, quizá sea necesario familiarizar previamente al lector con algún aspecto técnico. Por cierto, genial Waltari y su inolvidable egipcio.

    ResponderEliminar
  2. Creo que la obsesión moderna por el rigor documental ha cegado los fines reales de la literatura; ahondar en las inquietudes del ser humano.

    ResponderEliminar
  3. Completamente de acuerdo con usted, me he dejado a medias novelas horribles en las que el escritor sabía perfectamente cómo comían, cómo se divertían y hasta cómo se limpiaban tras defecar personajes de hace dos mil años. Novelas con buena intención pero sin sangre en las venas.

    Por mi parte no tengo la suerte de haber leído a Waltari, pero sí le diré cuál es la mejor novela histórica que se ha escrito jamás (según mi modestísima opinión, claro): Amaya o los vascos en el siglo VIII, de Navarro Villoslada. Una delicia.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario