UN SUEÑO REPETIDO

Me he despertado. Estoy tumbado en el suelo, de tierra mojada. Todo huele a humedad a mi alrededor. Está oscuro. Voy palpando a mi alrededor. Toco la pared, de la misma materia terrosa y húmeda que el suelo, la palpo poco a poco hasta darme cuenta de que se trata de un estrecho hoyo cavado en la tierra. Alzo las manos lo más arriba que puedo para adivinar la altura del hueco y no soy capaz de hacerlo. De repente, un pequeño punto blanco surge desde arriba. Estoy dentro de un pozo. Oigo sonidos de animales, de pájaros que se posan en el borde exterior del pozo, tratando seguramente de beber. Trato de salir. Todo es vertical Las paredes resbalan y aunque trepo un poco luego vuelvo a caer.

Grito desde el fondo del pozo, hacia la luz. Nadie responde. Vuelvo a hacerlo, al tiempo que distingo fluctuaciones del círculo blanco debidas a la sombra de alguien que pasa. Lo repito, sin éxito. Escucho algo desde abajo. Es el sonido de una conversación. Vuelvo a pedir ayuda, pero quienes están arriba solo reaccionan callando durante un breve segundo y luego continúan. Insisto gritando más fuerte pero vuelven a hacer lo mismo. Así pasa un rato hasta que ya no se escucha nada.

Vuelvo a intentarlo. Hinco los dedos en la pared resbaladiza, tanto que casi me arranco las uñas. Logro trepar un poco hasta que mis dedos ceden y lo único que consigo es caer más fuerte. Es de noche otra vez. Estoy cansado. Me tumbo en el suelo de nuevo y que quedo dormido.

Me he vuelto a despertar. Ahora estoy en mi cama, en mi dormitorio. Estoy en casa. Abro las ventanas y distingo un cielo de azul intenso. Es un nuevo día. Ahora estoy de pie, en la superficie, pero sé que cuando cierre los ojos volveré de nuevo al pozo.

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