REGRESO A MADRID

Madrid, Dos menos veinte de la tarde. Piluka y yo hemos conducido por la transitada A-6 desde el principio (desde Valencia, tras cuarenta kilómetros desde Castellón) Hasta nuestro destino en Gomeznarro, nuestro hogar. ha sido un viaje agradable, a pesar de que al final no hemos encontrado con cierto atasco (Más de un paisano ha decidido como nostros posponer la operación retorno hasta el Lunes). Ahora toca volver a la rutina poco deseada pero agradecida en nuestra sabiduría de tener un sitio donde caerse de ocho a cinco y poder pagara las facturas. Llevo no obstante la libreta llena de textos esbozados y el pendrive actualizado. Las vacaciones han sido un tiempo productivo. Mi tarea desde hoy será incorporar a la rutina el esfuerzo de dar forma a estos textos; una tarea algo complicada para alguien que no tiene mucho tiempo libre para ello, pero todo se andará. Es cuestión de disciplina y nada más.

Antes de incorporarnos de nuevo a la rueda inexorable damos un paseo por Madrid. Vamos al centro, por chamberí esta vez, a tomar contacto de nuevo con nuestra ciudad tan querida, ciudad tan vapuleada y despreciada por muchos de sus huéspedes, ruidosa y rápida, pero mi ciudad al fin y al cabo. Hogar de mis recuerdos y escenario de los venideros. Mi patria chica y mi "pueblo". Lo recorro al final de la tarde. Este momento del día, alumbrado por la suave luz del ocaso, que me inspira una alegría y una paz inconsciente. A pesar de las gramíneas, la primavera tiene buenas cosas, y esta es una de ellas.

Paseamos por la calle Fuencarral, convertida en una especie de West Willage madrileño. Las otrora tiendas que uniformaban a los abanderados de la movida ahora son ocupadas por locales de diseño moderno. Zapatos a 100 euros, peluquerías Fashion, Tommy Hillfiger y Burberry.

Salimos hasta la Gran Vía donde el sol nos deslumbra escondido tras el edificio Capitol. Más tiendas. Al fin, y tras habernos insuflado de nuevo el aire de la ciudad nos damos la vuelta y a casa. Mañana será otro día.

Comentarios

  1. Genial tu texto. Tiene el aire de esa voz en off que relataba de forma entrañable y magistral, la vida del joven Allen en su querido NY de la película "Días de Radio". Chapó!

    Edu

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  2. Me alegro. Gracias por tus comentarios. A ver si tú también te animas a esto del "blogueo"

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