DE HOMBRES FRUSTRADOS

Hoy quiero hablar de una nueva especie. No se trata de una raza animal recientemente descubierta, ni de una clase de insecto. tampoco del buscado eslabón perdido. Se trata más bien de un determinado grupo humano, no contento con su propia condición, que por cierto defienden a capa y espada, pero que en realidad, en el fondo más profundo de su ser, desprecian. Desprecian porque de verdad, en la oculta realidad que enmascaran con la lucha de sus derechos, codician ser el opuesto, el que tildan de zafio y tirano, el insolidario. Y así, se comportan de igual manera, escudándose en reclamar la igualdad, han escalado de tal manera que hacen que llegado el momento desequilibren la balanza y conquisten el poder anteriomente ostentado por el otro. No buscan la igualdad, no quieren repartir los derechos. No quieren dialogar. Buscan el poder absoluto, y así lo han logrado muchas, poco a poco, hasta comportarse como los hombres de antaño, dirigiendo, mandando y sojuzgando al que tienen al lado. No les gusta ser mujeres. En realidad querrían ser hombres, hacer como sus padres. Están frustradas por no ser hombres.

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