ESCRIBO LUEGO EXISTO

Retomo de vuelta de vacaciones a escribir y a contar. Ha sido una pausa larga y una parte de mi me culpa por no haberlo hecho como deseara, otra sin embargo me excusa con las razones del escasisimo tiempo disponible. La universidad, mi trabajo y la familia son razones de peso que pueden al deseo y al sueño de escribir. Si. Lo reconozco, pero quizá sea la edad, o algo peor, el desánimo (muy muy pocos me leen) los que en este momento ganan la partida. Y contra éstos combatí con un mes de descanso, que no físico, sino mental, que es creo tanto o más importante.

Y así estoy, como cuento al principio, de regreso a mí mismo, a ese que se despierta a las seis y pico de la mañana, el que dialoga con su ordenador y su teléfono hasta las tres de la tarde y regresa a su casa para disfrutar de la dulce compañía de su familia y que pronto se va a enfrentar a su condición de estudiante nocturno.
Y mientras ese momento llega, como digo, vuelvo de reseteo de vacaciones con un montón de cosas por hacer, por los planes para afrontar lo que me espera y con fuerzas para afrontar lo inesperado.

Planes. En esto se resume lo que uno hace al final del descanso, antes de ponerse en serio con la pelea cotidiana por la supervivencia. Uno cuando es más joven e inexperto, sueña con vivir, y cuando pasan unos cuantos años, lo que hace es rogar por no perder lo que ha conseguido. Sobre todo ahora, en estos tiempos que todos llaman crisis y yo entiendo como periodo de máxima usura y enriquecimiento de unos pocos. Pero me estoy enredando, yendo por las ramas aunque tampoco pasa nada pues eso significa que me estoy desntumeciendo y ya las ideas rebrotan de la cabeza.

Planes. Vuelvo a ello. Como digo, los hacemos al final de las vacaciones de verano y de las de navidad. ¿Quién no hace una propuesta personal al final en nochevieja? Tambien ocurre en estas fechas. Al menos a mí. Es un ejercicio mental, en el que cuando los asuntos del día a día desaparecen, la mente se ocupa en mirar atrás con la memoria y asomarse luego hacia adelante con los sueños y las esperanzas, convertidas en propósitos, promesas que nos hacemos con mayor o menor realidad de cumplirlas.

Es en navidad y como digo también en vacaciones de verano cuando los hacemos. Hace unos años los mencioné en este blog. Los propósitos personales. Adelgazar. Hablar inglés bien de una vez, un buen viaje, son unos clásicos. Luego hay otros más personales, que se meten incluso en lo más hondo de nuestra condición. Algunos de los míos buscan responder algunas preguntas que me he planteado durante este mes de descanso.

Una de estas razones es acerca de este mismo blog. ¿Qué razón hay para escribir? Ya lo he planteado al principio. No encuentro otra, ahora, que la del propio placer de hacerlo.

Saludos a todos.